He llevado a cada sonrisa al mausoleo de la hilaridad,
Alimentando de esta manera a los perros de la desesperación.
Preguntando como es que el interior de cada uno se ha vuelto un prostíbulo,
En el cual fornican el diablo y dios con nuestras ideas.
He escuchado a la vorágine gritar el nombre de cada uno,
Para que nadie olvide y todos recuerden el laso inquebrantable que nos une.
Me he deleitado con el sustento que nos han preparado,
Nuestros héroes de brazos quebrados, pero aun sigo con hambre.
He visto el rostro de nuestras madres con lágrimas de fuego en los ojos,
Y aun así seguimos inamovibles chapaleando nuestra porquería.
Alimentando de esta manera a los perros de la desesperación.
Preguntando como es que el interior de cada uno se ha vuelto un prostíbulo,
En el cual fornican el diablo y dios con nuestras ideas.
He escuchado a la vorágine gritar el nombre de cada uno,
Para que nadie olvide y todos recuerden el laso inquebrantable que nos une.
Me he deleitado con el sustento que nos han preparado,
Nuestros héroes de brazos quebrados, pero aun sigo con hambre.
He visto el rostro de nuestras madres con lágrimas de fuego en los ojos,
Y aun así seguimos inamovibles chapaleando nuestra porquería.