Quien es el que dice que el trabajo dignifica, eso es un cuento muy mal contado. El trabajo dignifica, esta frase nace desde los cimientos de la iglesia católica, como un contra argumento a la critica marxista sobre el trabajo instrumental.
Los muy santos que predican este artilugio, quieren dar a entender que cualquier tipo de trabajo dignifica al hombre. Pero entre nosotros que tipo de argumento puede ser esto. -¡que cara dura hay que ser para esgrimir esto!-. ¡¿Acaso cualquier trabajo dignifica?!, ¿acaso ser basurero no es digno?, y si es digno esta labor por que no aspiran a ser basureros todos lo chucha de su madre de una ves, ¿acaso ser putita es digno?, si es así por que no se vuelven perras asalariadas de una ves por todas.
Dejando de lado todo lo que ustedes perros miserables puedan pensar. Acaso la dignidad del trabajo no es medida con el valor agregado que este nos brinda, a mayor valor agregado que este contenga no es mas digno el trabajo. Funcionarios públicos, funcionarios privados, todos indignos, todos unos asquerosos perros, acuartelados en su valor agregado. Pobres miserables a un creen que el trabajo dignifica, que la labor, cualquiera que sea les dará dignidad para mirar a los ojos a quien se les ponga enfrente, me río de todos ustedes asquerosas bolsas de estiércol y al mismo tiempo los desprecio.
Los muy santos que predican este artilugio, quieren dar a entender que cualquier tipo de trabajo dignifica al hombre. Pero entre nosotros que tipo de argumento puede ser esto. -¡que cara dura hay que ser para esgrimir esto!-. ¡¿Acaso cualquier trabajo dignifica?!, ¿acaso ser basurero no es digno?, y si es digno esta labor por que no aspiran a ser basureros todos lo chucha de su madre de una ves, ¿acaso ser putita es digno?, si es así por que no se vuelven perras asalariadas de una ves por todas.
Dejando de lado todo lo que ustedes perros miserables puedan pensar. Acaso la dignidad del trabajo no es medida con el valor agregado que este nos brinda, a mayor valor agregado que este contenga no es mas digno el trabajo. Funcionarios públicos, funcionarios privados, todos indignos, todos unos asquerosos perros, acuartelados en su valor agregado. Pobres miserables a un creen que el trabajo dignifica, que la labor, cualquiera que sea les dará dignidad para mirar a los ojos a quien se les ponga enfrente, me río de todos ustedes asquerosas bolsas de estiércol y al mismo tiempo los desprecio.
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