18 April 2010

Ancianidad tu caminata es larga y lenta,

Tu artrosis mental te dirige.

Recuerdos que se disipan.

Ya nadie quiere conversar contigo,

Tus historias no encantan a nadie.

Envoltura de pellejerías,

Eres un montón de recuerdos rotos

Lleno de miedos y creencias estúpidas que no calientan a nadie.

Arrastrando tus pasos te alejas,

Arrastrando tus pasos te acercas.

Tus manos con que ritmo se agitan,

Ya no hay sol que caliente tus males.

Ancianidad tus razonamientos obtusos,

Y tus soluciones mediocres.

Como un juguete viejo ajado por el tiempo,

No hay cabida para ti en este mundo.

Cúmulo de devastaciones

De desgarros y penas,

Como una herida que se niega a serrar

Sentado temblando de terror sujetando tu bastón.

Ahí yaces lleno de orgullo

Masticando donde defecas

Con los dientes en tus bolsillos

Derretido por el sol que abrasa la mollera, me dejo caer en los brazos de la somnolencia, contemplando a las palomas del desierto revolotear por las paredes de mi cordura. Condensando cada pulsación me arrojo y me recojo sin articulación, la piel se derrite y el sudor corre sin control. Un zorzal picotea la cabeza de una mariposa, y una serpiente trepa por la arboleda donde animosamente el ave come para ser comido

06 April 2010

Desde cuando la filosofía le da lecciones a la naturaleza,

Desde cuando llevo este agujero en mi cabeza

Taponado por supuestos tan añejos como el tiempo.

No me he olvidado y de cabeza me siento al mundo,

Corriendo hacia atrás me he disuelto en la eternidad,

Y con la copa clavada al hocico empino el codo que se me ofrece con descarada cortesía.

¡Hombre arrojado a las rocas del destino porque no te partes!

Invitados hinchados como piojos de tanto chupar se cuelan hasta el hastió.

Y en esta pegajosa cosa llamada civilización me echo a dormir.

Cuento ovejas, horas que caen desde lo alto me mojan.

Soy un ánima gritando al oído, con palabras secas.

La máscara ha caído partiéndose en mil pedazos

El rostro descubierto se exhibe.

Te veo, ¡me vez!

Corriendo de extremo a extremo no hay donde ocultarse.