Cargo con la esperanza de un soldado arrojado a la guerra, protegido por un fusil que tiene los tiros contados.
Asolado por ráfagas de tiros que llegan en bandadas. Soy una moneda al aire, mi suerte esta echada, esta es una frase que se repite en mi interior una y otra vez. Cara o cruz, cara o cruz. Estoy a la espera del resultado que el aire sostiene en este instante tan desafortunado. Estoy tan desamparado, desnudo frente al mundo, mi único sostén es este fusil con los tiros contados, como el tiempo en el hombre, como el beso que no se logra grabar en la piel y es el que tratamos de recordar, ya que es el que mas anhelamos y el que nunca viene a nuestro encuentro.
A. Nain.
11 August 2009
No se puede hablar de hambre teniendo el estomago lleno. No se puede hablar de paz sin haber echo la guerra. No se puede decir que hay que realizar sin haberlo echo antes. Quien no puede ser un ángel debe ser un santo, quien no puede ser un demonio un monstruo a de ser. Es por eso que no se escuchar y soy tozudo como una mula. Si el mundo es una mentira es lícito ser un mentiroso, y si la mentira es un crimen el crimen es lícito también. Es por eso que no dejo de pensar si el mundo es un lugar en el cual yacen delincuentes de todas las edades y sexos, amantados desde potrillos por madres amorosas y permisibles, que son incapaces de ver lo incorrecto. Acaso las cárceles no estarán llenas de personas inocentes.
Con una soga al cuello hay que tener a las mujeres, por que a pesar de todo el tiempo que han tenido ni siquiera han podido ganarse el lugar que les corresponde por derecho.
Lo mismo hay que hacer con sus crías, ya que si sus madres son producto de tanto mal y debilidad que clase de hijos creen que puedan llegar a tener.
El mal del padre es el mal del hijo, esta verdad me acompaña y me acompañara hasta la muerte.
Es por eso si es que ven a un hombre línchenlo y que no quede ni la sombra de su recuerdo, para que no les refriegue en el rostro las pedestrerías con las cuales se sienten orgullosos y colocan el pecho como paloma.
Por que ser hombre no es tener una porra y dos pelotas, ni mear tan lejos como los ojos puedan ver. Ser un hombre es algo dramático, pero de drama que pueden saber los señores del mundo de la categoría, si no tienen ni voluntan para ponerle atajo a sus propios hijos alabándolos y ayudándolos a ser quienes son. Hombres sin imaginación carentes de toda belleza ya nos encontraremos en la calle, ahí chocaremos los puños para ver quien tiene unas bolitas escondidas en el pantalón.
Pero a los hijos de barro que mas se les puede pedir, son hechos a la medida de su Dios “hombres”.
A. Nain.
Con una soga al cuello hay que tener a las mujeres, por que a pesar de todo el tiempo que han tenido ni siquiera han podido ganarse el lugar que les corresponde por derecho.
Lo mismo hay que hacer con sus crías, ya que si sus madres son producto de tanto mal y debilidad que clase de hijos creen que puedan llegar a tener.
El mal del padre es el mal del hijo, esta verdad me acompaña y me acompañara hasta la muerte.
Es por eso si es que ven a un hombre línchenlo y que no quede ni la sombra de su recuerdo, para que no les refriegue en el rostro las pedestrerías con las cuales se sienten orgullosos y colocan el pecho como paloma.
Por que ser hombre no es tener una porra y dos pelotas, ni mear tan lejos como los ojos puedan ver. Ser un hombre es algo dramático, pero de drama que pueden saber los señores del mundo de la categoría, si no tienen ni voluntan para ponerle atajo a sus propios hijos alabándolos y ayudándolos a ser quienes son. Hombres sin imaginación carentes de toda belleza ya nos encontraremos en la calle, ahí chocaremos los puños para ver quien tiene unas bolitas escondidas en el pantalón.
Pero a los hijos de barro que mas se les puede pedir, son hechos a la medida de su Dios “hombres”.
A. Nain.
De rodillas, con las mejillas palpitando y con la mirada tan distante que era difícil determinar si es que seguía con nosotros.
Su cuerpo magullado por la paliza que estaba recibiendo, se negaba a reaccionar,
Pero aun así se levantaba, quizás era arrogancia o puro instinto, la verdad que nunca se supo que era lo que lo impulsaba a levantar los brazos para seguir la contienda. Cada golpe estremecía el lugar. Cada uno de los contrincantes pensaba para sus adentros por que no cae.
La tención se sentía en el aire, golpe tras golpe se escuchaba como un sonido hueco que invadía el recinto. Nadie era lo bastante cojonudo para parar el dramático espectáculo que se dejaba ver. Con la espalda apoyada en la muralla, saludando los puños que se sucedían uno tras otro se fue desvaneciendo hasta caer y quedar sentado. De ahí nadie lo movió hasta que los pacos llegaron al lugar, estaba semidesnudo ya que después de caer le quitaron todo lo que era de valor; su cuerpo tenia las marcas de la contienda, pero el rostro era como ver al hombre elefante, el ojo derecho ocultado por una gran bolsa que emergía en su lugar, la nariz partida en dos y el labio superior echo un desastre total, como héroe caído de su altar lo habían dejado, tapado con diario yacía, alumbrado por un poste que daba una luz amarilla acompañada por insectos revoloteando a su alrededor.
A. Nain
Su cuerpo magullado por la paliza que estaba recibiendo, se negaba a reaccionar,
Pero aun así se levantaba, quizás era arrogancia o puro instinto, la verdad que nunca se supo que era lo que lo impulsaba a levantar los brazos para seguir la contienda. Cada golpe estremecía el lugar. Cada uno de los contrincantes pensaba para sus adentros por que no cae.
La tención se sentía en el aire, golpe tras golpe se escuchaba como un sonido hueco que invadía el recinto. Nadie era lo bastante cojonudo para parar el dramático espectáculo que se dejaba ver. Con la espalda apoyada en la muralla, saludando los puños que se sucedían uno tras otro se fue desvaneciendo hasta caer y quedar sentado. De ahí nadie lo movió hasta que los pacos llegaron al lugar, estaba semidesnudo ya que después de caer le quitaron todo lo que era de valor; su cuerpo tenia las marcas de la contienda, pero el rostro era como ver al hombre elefante, el ojo derecho ocultado por una gran bolsa que emergía en su lugar, la nariz partida en dos y el labio superior echo un desastre total, como héroe caído de su altar lo habían dejado, tapado con diario yacía, alumbrado por un poste que daba una luz amarilla acompañada por insectos revoloteando a su alrededor.
A. Nain
Te he extrañado tanto, que he dejado de extrañarte,
Preguntándome una y otra vez donde estas.
Te he extrañado cosa que no es de extrañar, hasta verte nuevamente
Tratando de soportar el distanciamiento que me desborda.
Te he extrañado tanto y por tanto tiempo
Que ya no se cuando comencé a extrañarte.
Te he extrañado tanto que si te viera ni siquiera te saludaría,
Dándote la espalda, ¡dándome la espalda! por lo terrible
Que es estar en mis zapatos en este momento.
Te he extrañado tanto y de tantas formas,
Que solo el hecho de extrañarte se me hace insoportable.
Te he extrañado tanto que me he hastiado,
Teniendo que colocar cada mañana mi mano en mí pecho
Producto de que mi corazón esta temblando.
Te extraño y no se que hacer.
Te extraño...
A. Nain
Preguntándome una y otra vez donde estas.
Te he extrañado cosa que no es de extrañar, hasta verte nuevamente
Tratando de soportar el distanciamiento que me desborda.
Te he extrañado tanto y por tanto tiempo
Que ya no se cuando comencé a extrañarte.
Te he extrañado tanto que si te viera ni siquiera te saludaría,
Dándote la espalda, ¡dándome la espalda! por lo terrible
Que es estar en mis zapatos en este momento.
Te he extrañado tanto y de tantas formas,
Que solo el hecho de extrañarte se me hace insoportable.
Te he extrañado tanto que me he hastiado,
Teniendo que colocar cada mañana mi mano en mí pecho
Producto de que mi corazón esta temblando.
Te extraño y no se que hacer.
Te extraño...
A. Nain
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