Encerrado en el baño he tomado un alicate estirando mí lengua y arrancándola de raíz, enjugando el hilo de sangre que se derrama con mi puño izquierdo.
Me agito bruscamente de dolor, expulsando un chorro de sangre que cae al lavamanos tiñendo todo de rojo.
Las rodillas se me doblan afirmándome del lavatorio y escupiendo sangre al mismo tiempo al piso. Ciento como un latigazo en la espalda que me remese con furia, me pongo de pie como puedo y contemplo el reflejo de mi imagen, estoy tan pálido parece que los años me hubieran pasado por encima y yo no me hubiera dado cuenta.
Cojo hilo negro para terminar la operación hilvanando el hilo en una aguja que es como un garfio, tan fina y delicada que parece un suspiro.
Me tomo mi tiempo antes de terminar lo que he comenzado, acumulando sangre en el paladar y tragándola con bastante dolor. Comienzo la operación con más vacilación que destreza, introduciendo la aguja por encima del labio superior y extrayéndola con mucha paciencia del labio inferior, el dolor se disipa y vuelve. Cada cierto tiempo la aguja se agripa con la carne, es en ese momento en los cuales ciento más dolor al tener que dar ciertos tirones a la aguja para que pase, mezclándose todo esto con la sensación que produce el hilo al pasar. Las lágrimas se me escapan corriendo pendiente abajo acumulándose todas en la boca, para posteriormente derramarse por la comisura de los labios hacia la pera la cual las lanza al suelo para que estallen al contacto del piso.
Abre estado mas de dos horas realizando la puntada dejando en la comisura del labio inferior lo restante del hilo.
Me ciento en el escusado para descansar metiendo la cabeza entre las piernas y juntando lo que me queda de fuerza. Corro la cortina de la ducha y giro la manilla del agua caliente, realizado esto me saco la ropa como puedo y me tiro a la tina dejando que el agua me limpie la sangre metálica que derramo cada cierto tiempo, solo dejo que el agua caiga sobre mi, corto el agua después de un buen lapso de tiempo y salgo del baño sin secarme desnudo como me siento. Me dirijo hacia mi habitación dejando detrás mío un rastro de agua que cae sigilosamente de mi cuerpo, llegando a mi cama mas muerto que vivo me dejo caer para poder descansar, preparandome para el nuevo día.
Me agito bruscamente de dolor, expulsando un chorro de sangre que cae al lavamanos tiñendo todo de rojo.
Las rodillas se me doblan afirmándome del lavatorio y escupiendo sangre al mismo tiempo al piso. Ciento como un latigazo en la espalda que me remese con furia, me pongo de pie como puedo y contemplo el reflejo de mi imagen, estoy tan pálido parece que los años me hubieran pasado por encima y yo no me hubiera dado cuenta.
Cojo hilo negro para terminar la operación hilvanando el hilo en una aguja que es como un garfio, tan fina y delicada que parece un suspiro.
Me tomo mi tiempo antes de terminar lo que he comenzado, acumulando sangre en el paladar y tragándola con bastante dolor. Comienzo la operación con más vacilación que destreza, introduciendo la aguja por encima del labio superior y extrayéndola con mucha paciencia del labio inferior, el dolor se disipa y vuelve. Cada cierto tiempo la aguja se agripa con la carne, es en ese momento en los cuales ciento más dolor al tener que dar ciertos tirones a la aguja para que pase, mezclándose todo esto con la sensación que produce el hilo al pasar. Las lágrimas se me escapan corriendo pendiente abajo acumulándose todas en la boca, para posteriormente derramarse por la comisura de los labios hacia la pera la cual las lanza al suelo para que estallen al contacto del piso.
Abre estado mas de dos horas realizando la puntada dejando en la comisura del labio inferior lo restante del hilo.
Me ciento en el escusado para descansar metiendo la cabeza entre las piernas y juntando lo que me queda de fuerza. Corro la cortina de la ducha y giro la manilla del agua caliente, realizado esto me saco la ropa como puedo y me tiro a la tina dejando que el agua me limpie la sangre metálica que derramo cada cierto tiempo, solo dejo que el agua caiga sobre mi, corto el agua después de un buen lapso de tiempo y salgo del baño sin secarme desnudo como me siento. Me dirijo hacia mi habitación dejando detrás mío un rastro de agua que cae sigilosamente de mi cuerpo, llegando a mi cama mas muerto que vivo me dejo caer para poder descansar, preparandome para el nuevo día.