29 August 2006

Reporte I
Miro mi reloj. Tardé en llegar a la planta baja; me quedé un rato subiendo y bajando en el ascensor. Los números del reloj digital me dicen la hora que podría ser; en este momento no me importa mucho, así que me iré lento en dirección de la estación de metro más cercana. Al salir del trabajo nada vale la pena, ni la dicha; sobre todo si se ha estado trabajando en serio. Camino lento para el tiempo que será mañana, antes de iniciar una nueva jornada laboral. Despues de cumplir con la jornada este caminar no es ni lento ni rápido, es puro caminar. La estación es confusa en sus señaléticas, pero eso no me importa, pues no tengo miedo de perderme. Tardo un poco buscando una boletería, y otro poco en encontrar el acceso. Ya en el anden; me distraigo mirando los murales llenos de afiches; ninguno despierta mayor interés en mí. Salgo de mi estado aéreo para subir a un carro. En algún momento iba a tener que oír la alarma que advierte acerca del cierre de puertas -como todas las cursivas anteriores; pienso-. El viaje es monótono, y por el mismo hecho, propicia mi divagar. Pienso en cómo hubiese actuado si hubiera estado presente en el altercado que protagonizó mi hermano en la bencinera. Imagino a los hombres que lo atacaron. Me veo golpeándolos furiosamente hasta dejarlos aturdidos. Victorioso junto a mi hermano. Sádico.
En las rejas decido tomar un bus de esos que llevan al aeropuerto. Tengo suficiente dinero como para luego devolverme. A veces vale la pena gastar dos mil o tres mil pesos en ir al aeropuerto a ver si llega alguien que valga la pena. Nunca dejo de probar suerte; resisto a la tentación de no hacerlo. A pesar de que hasta ahora no he tenido éxito.
En casa las cosas no mejoran ni empeoran; siguen siempre igual. Sólo yo que día a día divago con imagenes que siempre parecen ser distintas unas a las otras. Aunque sospecho que da esa impresión el que sea un tanto olvidadizo, más que el que sea creativo. Ésta incertidumbre es lo único que quisiera jamás resolver.
Jako Oliveira

3 comments:

CABAYO NEGRO said...

me parese querido jako oliveira que estamos en el camino correcto, le cuento que su rporte me sacio a manos llenas, es un gran trabajo.

Rosario Valdivieso said...

Todo sigue igual... La vida pocas veces cambia, eso lo imaginamos... las cosas siguen en el mismo lugar. Una onda de viento, entonces, puede ser decisiva para calar el pasto y hacer girar aspas que nunca llegan a completar el círculo. Nada sigue igual...

Rosario Valdivieso said...
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