14 August 2006

Alejandra
Empiezo por hablar de sus manos: delicadas como la voluntad de un niño; sus uñas: límpidas como el deseo de una virgen; su piel: blanca como el amor de una madre. Sigo con sus brazos: frágiles como la vida de un anciano; su cuello: terso como los recuerdos de una mujer enamorada; su pelo: sedoso como el temperamento de un hombre prudente; sus labios: ardientes como la pasión de un muchacho; sus besos: dulces como los besos de Alejandra. Su nombre lo llevo grabado en mi virilidad: Alejandra.
Jako Oliveira

1 comment:

Rosario Valdivieso said...

insurrecta la mano que se atraviesa estas letras, "somos peces y serpientes, el sueño inconcluso de los pescadores". De ahí que algunos nombres se inscribe en las piedras que el mar, lentamente, va deshollando. Letras fatales las que se inscriben en los cuerpos...