19 July 2010

Me rió y no soy un comediante. Estoy sonriendo como un payaso, como si me hubieran contado un maldito chiste del cual no pudiera desligarme, las cartas caen como copos de nieve, las lagrimas se suceden como coches en la autopista.

Mi mente retumba con el sonido de la batería, escuchando entre medio del sonido silabas ininteligibles me limito a asentir con la cabeza como queriendo decir te entiendo.

Soy un maldito sordo a las palabras dichas a la distancia, me agito con la multitud en una viscosidad invisible, me estremezco en medio de la masa saboreando él momento.

Caigo, subo, me alejo y vuelvo; me hago el sordo cuando me hablan al oído moviendo mis cejas como si me importara lo que me dices.

Te sierro un ojo como queriendo decir estoy contigo. Me rio no lo puedo aguantar pobre iluso te has equivocado.

E cogido una almohada de piedra

Con ribetes color púrpura.

Trazos en un cuadro,

Caminos en un mapa.

Entierro mis extremidades

En la arena, gránulos

Del tiempo Se deslizan por mis palmas.

Clavo mi mirada en un espejo

Volviéndome transparente.

No hay botellas que encierren mi espíritu

Ni néctares que turben mi mente.

El verbo tácito, prima

Del que sabe esperar.

Con el ábaco especulando

Bienestar futuro y presente.

El cielo con las viseras al aire

Sangra ininterrumpidamente.

En el aire se escucha a lo lejos un canto

Cual gorrión arrancado de su nido.

Por la ventana el busto de una mujer

Tienta la imaginación.

El mármol de la mente se desastilla

Con cada gota que se desprende de la cúpula celeste.

No hay quien sostenga a la luna,

Su mar derramándose por el cosmos esta.

El mundo necesita de un atlas.

Sobre un rincón yacen sus brazos.

Sobre el pedregal florece

El llanto de un anciano,

El cielo se nos viene encima.

Desde mi luneta no quito ojo, el palco me oculta yo también soy un actor. Fija en el quehacer de la mañana te observo toda, tu cabello oro tienta mi mente que deambula sobre el deseo.

Me gustas completamente toda, sobre todo tus manos echas de porcelana, son tan finas, tan bien esculpidas y sin ajar por él tiempo; o si estoy tentadicimo a mordente los labios a saber a qué sabe la miel de tu boca, a hundirme en tu cabellera. Desde mi puesto observo y me siento como un manco sin brazos para poder tomarte. Todo es un pretexto que gira a tu alrededor y yo hago girar las excusas a tu entorno. Así me acerco desde mi lugar a tu puesto oculto en excusas, en pretextos me deslizo frente a ti, tú lo sabes lo intuyes. Sé que me has visto observándote mirándote toda. Estoy sediento y tú eres el manantial frente a mis ojos, quiero beberte hasta la última gota.

Resbalo lentamente mis intenciones hacia ti como si siempre hubieran estado ahí, me detengo y continúo con esta atmósfera.

Espero tu respuesta desde el comienzo, antes que el escenario nos atrapara en este juego, antes que este montaje nos acercara y nos distanciara. Cae el telón la función continuara nos tomaremos un respiro.